TESOROS ENCONTRADOS

El jesuita P. Juan Peralta y Arellano, escribe desde Casares en 1630, a otro jesuita, el P. Juan Bautista de Algava, en Sevilla, dándole conocimiento de un supuesto tesoro que fue guardado en el fondo de un charco, cerca de Almachar, que había sido de un morisco llamado Alonso Martínez Arrabaje, vecino de Genalguacil. El fantasma de este se había aparecido a un mozo, comunicándole el lugar, el cual a partir de entonces andaba atarantado [como picado por una tarántula].

En 1837 se encontró un tesoro en una orcita pequeña que contenía 531 monedas árabes de plata, de las que había dos clase iguales entre sí, 515 y 16 ejemplares. Un jornalero llamado José Cervera, las vió al arrancar una palma silvestre, en una propiedad de D. Antonio Domínguez, llamada Fuente de la Teja, a medio cuarto de legua a Poniente de Río Verde y de la orilla del mar. Se entregaron muestras a la Real Academia de la Historia, de Madrid.

Otro tesoro, compuesto de una “multitud de monedas”, fue encontrado en 1891, en Guadalobón por otro jornalero, cuando arrancaba tagarninas. Las monedas eran romanas, de plata y pertenecían a la colonia de los Balbos, familia gaditana de la época de César y Augusto, cuyos representantes más importantes fueron Cornelio Balbo el Mayor y su sobrino Cornelio Balbo el Menor, en el siglo I antes de JC. Según la noticia los cónsules representados eran: Flaminio, Terencio, Fabio y otros. Las monedas estaban bien labradas pues el cronista dice que: “Los bustos están tan claros como en las monedas del día”, es decir, estaban tan bien esculpidas como las monedas actuales de aquellos años de finales del siglo XIX.

José Pérez de Barradas, en sus artículos sobre los restos encontrados da cuenta del hallazgo en Las Torres de unas monedas de Vespasiano, Adriano, Antonino Pío, Augusta Faustina y Maximiano y en la Basílica Paleocristiana de Vega del Mar (San Pedro de Alcántara) de un centenar de bronces pequeños romanos de los emperadores Constantino Constancio, Licinio y Juliano. Debemos unas excelentes fotografías a Juan Gaitán, de un áureo de Honorio, encontrada en el Cortijo de Cortes, y de una cabeza de Apolo, encontrada en Las Torres.

En el artículo de Luís Soto Jiménez y Aranaz se relata el encuentro casual, cerca de la excavación que se practicaba para la piscina de la Residencia San Jaime, de monedas de bronce de los últimos emperadores de Occidente: Valentiniano, Graciano, Teodosio, Máximo, Arcadio y Honorio.

El tesorillo de bronces de Manilva se compone de tres núcleos de diferentes especies: El más antiguo corresponde a Constancio II (346-361). El medio contiene monedas de los emperadores, Graciano, Valentiniano II, Magno Máximo y Theodosio I (378-383). Y el más reciente de Theodosio I, Arcadio y Honorio (393-395).

[Apéndice documental]

Cartas de Jesuitas (1634-1648)

“Mi P. Juan Bautista de Algava.
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Otro cuento quiero escribirle a V.P. que merece memoria por lo raro, y lo es tanto, que si me lo contaran de otras tierras lo tuviera por fábula.
Tiene Casares algunas aldeas y lugares de su jurisdiccion en unos montes a tres y cuarto leguas de aquí. En uno de estos, que se llama Genalguacil, vivió en tiempo del alzamiento un morisco llamado Alonso Martínez Arrabaje, rico en demasía, de muchos ganados y de muy grandes cortijos que tuvo en Casares, grandemente adinerado, y tanto que por ello le quisieron los demás alzar por su rey, aunque después los mismos moriscos le mataron por haber sido él, el que hizo los conciertos y partidos. Este, antes de su muerte, había dispuesto de toda su hacienda y juntado gran suma que escondió, y que nunca se ha podido descubrir por mas codiciosos que ha habido de tan gran riqueza. Estos días se ha aparecido algun demonio a un mozo de Genalguacil en forma de Arrabaje, vestido a la manera que lo usaba, en yegua blanca a la gineta, bien dispuesto, y le ha dicho que su tesoro está en cierto charco de un valle de Almachar, un cuarto de legua del lugar dicho. Persuadióselo con notables circunstancias por muchas veces que se le apareció, de algunas de las cuales hay testigos que le oyeron hablarle, aunque no le vieron. Díjole que lo sacase, y que despues dispusiese de parte de ello en buenas obras, y que él le aparecería despues y le diria algunas cosas que habia de hacer. El mozo vino a registrar su tesoro ante D. Pedro Aguado, corregidor de Casares, y que V.P. ha conocido asistente en Marchena. Dificultó el caso D. Pedro, y fueron tantas las instancias del hombre, y con tantas y tales circunstancias, que le fue forzoso admitir el registro. Apareciósele después el Arrabaje al mozo, y díjole que ya que había dado cuenta, fuese en buena hora la justicia, pero que la primera noche les haría una burla con una tormenta. Así acaeció, y añadió que nadie le conjurase, porque habia treinta años, habiéndose aparecido a su madre del dicho mozo, le trajeron un clérigo de Sevilla, el cual le habia conjurado por espacio de estos treinta años pasados, y el clérigo se lo había pagado, porque él lo había muerto en una bodega de Triana. Todo ha sido así verdad como lo cuento, y la Justicia está allá en sus diligencias. Trabajan algunos veinte hombres en desaguar el charco que es muy hondo, y en abrir curso al arroyo por otra parte para descubrir este misterio y saber lo cierto. Yo bien creo que está allí el tesoro por cosas que yo he sabido antes de ahora en secreto, pero no creo que lo han de sacar, por lo que yo también me sé de persona y en razon que no había de mentirme.
Al fin el caso ha sido raro y con muy raras circunstancias, que no las sufre la brevedad de una carta. Presto veremos los efectos de estas diligencias. El mozo anda atarantado de asombro, y temo le cueste la vida. La de V.P. adelante Dios con el gusto y en los puestos que le deseo y V.P. merece etc.
Casares y Setiembre 7 de 1639.
D. Juan Peralta y Arellano.


Fuente de la Teja

Ilustrisimo Señor
El Juez de 1ª Instancia del Partido de Marbella dice a este Ministerio con fecha 2 del corriente [Mayo 1837] lo que sigue:
“Habiendoseme dado noticia en la mañana de antes de ayer, que legua y cuarto a poniente de esta Ciudad y paraje nombrado Fuente de la Teja, un vecino de ella se habia encontrado porcion de monedas antiguas al parecer de plata ocultas en tierra en una vasija de barro; sin perder un solo momento en cumplimiento de mi deber para poner a salvo los intereses que pudieran corresponder al Estado, pasé a el referido sitio con el ausilio del Escribano de semana y demás competente: Y habiendo hecho sin levantar mano las diligencias convenientes, ha sido su resultado haberse hallado quinientas treinta y una monedas de plata, que he constituido en deposito, de las cuales quinientas quince son iguales a la que incluyo a V.E., marcada con el numero 1º y las restantes diez y seis a la que asimismo acompaño con el numero 2º. Las circunstancias del hallazgo según resulta del Espediente que estoy instruyendo sobre el particular, y por declaracion ingenua del sencillo jornalero del campo a cuya clase pertenece la persona que ha tenido dicho hallazgo, lo son: Que estando este, llamado Jose Cervera la mañana del dia catorce del corriente, arrancando una palma silvestre entre las varias que de la misma clase se encuentran en la haza de pan sembrar propia de Don Antonio Domínguez de esta vecindad, situada en el referido paraje denominado Fuente de la Teja en este termino y a la distancia indicada de esta población como medio cuarto de legua al poniente de Rio Verde y otro tanto de la orilla del mar, al dar los primeros golpes de arada con dicho objeto como de romperse una vasija de barro, y al mismo tiempo vio salir entre la tierra algunos fracmentos de ella e igualmente cuatro o cinco de las indicadas monedas obscurecidas y con color de tierra: Que en el momento escarbó con la mano y encontró casi a la superficie de la tierra una orzita pequeña, la cual segun el reconocimiento hecho de ella por los fracmentos que se han podido encontrar y obran en mi poder, aparece ser de menos de una cuarta de altura y de seis pulgadas de diametro en su mayor anchura y de barro comun conteniendo el numero de monedas indicado: Que inmediatamente las mostró a su mujer que se encontraba no muy distante del sitio en la choza que le sirve de habitacion y con objeto de investigar el verdadero color del metal con toda claridad, asi como su calidad las lavaron con agua, poniendolas en el estado que se hallan; y tratando el dicho Cervera cerciorarse de si podrian tener algun valor llegó a mi noticia el referido suceso. En el sitio donde se han encontrado las referidas monedas no se ha hallado por mas que lo procuré vestigio de clase alguna, que denote la época ni por quien se ocultaron; ni tampoco haber existido edificio alguno, y si solo se me ha asegurado despues por los conocedores del terreno haber a menos de media legua de distancia, ruinas de un fuerte del tiempo de la dominacion de los moros en este pais, siendo probable, que el manantial perpetuo aunque escaso de agua potable que se encuentra a treinta y dos pasos del punto donde estaban las monedas atragese cerca de el alguna familia mora a cultivar el terreno o a elavorar tejas y ladrillos por ser su tierra muy a proposito como se percibe y lo indica la ruina de un horno que para dicha elaboracion y de obra moderna se encuentra no muy distante. Lo que tengo la satisfaccion de poner en el superior conocimiento.”


EL HERALDO DE MADRID
Madrid, Domingo 1º de Marzo de 1891

Un jornalero de Estepona salió a coger tagarninas a un sitio denominado Guadalobón, y cuando más fatigado se hallaba en su tarea, encontró multitud de monedas de plata que aparecían a medida que trabajaba con el escardillo en la tierra para arrancar la hortaliza.
Las monedas resultaron ser romanas, del tiempo de los cónsules, y se ve que proceden de la colonia de Balbos, con los nombres de los cónsules Flaminio, Terencio, Fabio y otros.
Los bustos están tan claros como en las monedas del día.


Excavaciones en la Colonia de San Pedro de Alcántara.
Veamos ahora los hallazgos efectuados en 1915-16. De metal aparecieron monedas de Vespasiano, Adriano, Antonino Pío, Augusta Faustina y Maximiano… [Memoria acerca de los trabajos realizados en 1915, 1916 y 1929 por la Sociedad Colonia de San Pedro Alcántara, José Pérez de Barradas, Madrid, 1930]


Anuario de de prehistoria madrileña, 1932
Debemos a D. Juan Gaitán (Estepona) la noticia y fotos de un áureo de Honorio, hallado en el Cortijo de Cortes, de la misma Colonia [San Pedro de Alcántara], hoy en poder de D. Esteban Conde. Aunque fuera de ella, creemos de interés dar cuenta de que, antes de nuestra última estancia en San Pedro, hallaron los obreros que trabajaban en el Puerto del Alisal (Benahavís), en la construcción de la carretera de San Pedro Alcántara a Ronda un tesorillo de un centenar de bronces pequeños, en su mayoría de Constantino, Constancio, Licinio y Juliano. [La Basílica Paleocristiana de Vega del Mar, José Pérez de Barradas]

 

JABEGA, 13
Málaga, 1976

Lluvia de monedas romanas.
Excavando la máquina, para construir la piscina de la repetida Residencia [San Jaime], un obrero se retiró a evacuar entre los cañaverales existentes en la playa y esta Residencia. Cerca de su mano derecha un objeto de forma cilíndrica le llamó la atención, al cogerlo se le desparramó, cayéndole a los pies unas treinta monedas de bronce de las llamadas “Antonianos”, correspondientes a los últimos emperadores de Occidente: Valentiniano, Graciano, Teodosio, Máximo, Arcadio y Honorio. Al dar cuenta a sus compañeros, éstos cayeron en dicho lugar batiéndolo con aprovechamiento. Una película de cardenillo las mantenía unidas en el interior de una vasija de barro, que al romperla la pala mecánica sobre el fondo de un volquete, fueron a parar a dicho lugar. Con las monedas recogidas, se hubiese podido llenar un saco de 50 kilos, sin posibilidades de exageración (en parte comprobado). [Descubrimiento de Salduba en Estepona, Luís Soto Jiménez y Aranaz]


El Tesorillo de bronces bajoimperiales de Manilva (Málaga)
Pedro Rodríguez Oliva
XV Congreso Nacional de Arqueología
Zaragoza, 1979

p. 835 y ss.

El territorio de los confines de la provincia malagueña con la de Cádiz, donde se encuentra la localidad de Manilva, es una zona de gran interés arqueológico por su equidistancia a dos importantes centros urbanos de la antigüedad: Barbesvla (en la desembocadura del río Guadiaro) y Lacipo (en tierras del municipio de Casares, cercanas a Manilva). Los restos romanos abundan en aquel término municipal y en la propia localidad se descubren diversas piletas recubiertas de opus signinum, aparte numerosos fragmentos de tegvlae, que denuncian la existencia de una posible villa rural romana en aquel lugar. El altozano donde se alza el pueblo está a escasa distancia de la costa, en la que encontramos dos importantes yacimientos romanos: el del Castillo y el de San Luís de Sabinillas. El primero, quizá una villa a mare, ofrece importantes restos arquitectónicos, piletas para garvm y una habitación pavimentada con mosaico bicromo blanco y negro. El de San Luís de Sabinillas, probable poblado de época romana, desde el año 1975 viene siendo objeto de excavaciones arqueológicas por el profesor Carlos Posac Mon y el autor de esta ponencia. Las excavaciones se centran en una villa que parece tener sus inicios en época severiana con mosaicos geométricos en blanco y negro. Dicha villa, transformada, en parte, durante el siglo IV en una factoría de salazones, perduró hasta los inicios del siglo V. De ella procede el tesorillo que hoy aquí presentamos que, sin duda, marca el momento final del edificio y quizá del poblado que allí existió, a juzgar por los abundantes hallazgos arqueológicos de quien se tienen noticias (El tesorillo apareció en la campaña de excavaciones de agosto de 1975, directamente sobre el pavimento de mosaico blanco y negro de rombos y hexágonos de la habitación que denominamos. A. La techumbre de tegvlae e imbrices, que había caído violentamente, quizá como consecuencia de un incendio, le protegió sobre el suelo.)
El tesorillo de Sabinillas (Manilva) se compone de medio centenar de bronces bajoimperiales, en mal estado de conservación, de los cuales son clasificables, en mayor o menor, cuarenta y siete piezas. Hay siete fragmentos más inclasificables y algunas esquirlas.
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Como se puede ver en el Inventario, el tesorillo está compuesto por tres núcleos de especies monetales que abarcan un amplio ámbito cronológico a lo largo de toda la segunda mitad del siglo IV.
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En cuanto al momento en que habría que fechar la ocultación (no premeditada en este caso) del tesorillo, hay que hacer notar que las últimas monedas –como ya hemos señalado- corresponden al período 393-395 en el reinado conjunto de Theodosio I, Arcadio y Honorio.

 

© F. J. Albertos

Para saber más, consultar:
-Vol. 15.2, El Levante y el Poniente [1999].
-Vol. 15.7, El Levante y el Poniente [2004].
-Vol. 40, Las Termas romanas de S. Pedro de Alcántara [2004].
-Vol. 55, Estepona en la Hemeroteca [2010].